viernes, 23 de enero de 2009

Mañanitas

Me gusta despertarme a la mañana y quedarme acostada, sentir el aire fresco y la quietud. Me gusta escuchar lo que pasa allá afuera, y, también, me gusta escuchar mi propia respiración y nada más. Doy vueltas en la cama y siento las sábanas suaves, y su aroma. Me gusta no abrir los ojos y concentrarme en los olores y sonidos; los autos andando, los colectivos, la gente caminando, los vecinos hablando o cocinando. Y cuando abro los ojos, me gusta mirar al techo y quedarme así un rato.

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